El retrotransposón LINE-1 es un “gen móvil” que se ha multiplicado masivamente en la historia del genoma humano. En la actualidad un 17% de nuestro ADN consiste en secuencias del LINE-1.
Un grupo de investigadores modificaron genéticamente a cepas no patógenas de Escherichia coli para que puedan producir nuevas versiones de alcoholes combustibles.